viernes, 29 de abril de 2011

Semana del libro (y 6):


José Daniel Espejo (Poeta): Los inconsolables de Kazuo Ishiguro

Es seguramente la novela que más veces he leído. Uno de los experimentos más depurados sobre lo onírico y un catálogo de artefactos literarios nuevos. Vanguardia y experimentalismo bien entendidos, demuestra que se puede hablar de la identidad, del amor, de lo social y del existencialismo desde un punto de vista no euclidiano. Y coño, qué final, ¿no? Pues eso.

Ped
ro García Martínez (Narrador y co-autor del blog Culturajos): Entrevista con Daemon Mailer de Domenico Chiappe.

Una obr
a inquietante sobre el poder y la manipulación. Una novela sobre la esencia del ser humano. Cien páginas que impulsan al lector a la risa, al pasmo, al asco, al miedo y que difícilmente te dejan intacto.


Álvaro Pintado (Tesorero de Colectivo Iletrados): El turista de Dean Maccanell


“¡Todos somos turistas!”, exclama en el libro de ‘El turista’ un alumno iraní. Y lo cierto es que sí, lo somos. Turistas en Estambul, en Nueva York, en Roma, y también claro en nuestra propia ciudad. Pero en este mismo sentido podemos decir que todos somos igualmente actores y, sobre todo y lo más importante, espectadores. Actores de un mundo que, cada vez más, nos brinda la posibilidad fácil del escenario, de alzar el telón para ver la tramoya bien dispuesta de nuestras vidas. Unas vidas teledirigidas, prensa manipuladas y radio difundidas. La actuación se presupone real, aunque para eso haga falta una copia.

Lo dice el propio
Dean MacCanell en su libro: no podremos disfrutar del hecho “auténtico” sin haber visto la réplica, la copia del elemento en cuestión. ‘El turista’, un ensayo sobre ese fenómeno social de masas en que se ha convertido la actividad turística, nos brinda la posibilidad de acercarnos a esos elementos (casi mágicos) de los que se compone la vida ociosa, capitalista y algodonada del viajero.

Un libro también en el que sentirnos reflejados y ser conscientes de que no es necesario salir de nuestra propia ciudad para sentirnos como un turista. Imprescindible porque, al fin, ¡todos somos turistas!.

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